jueves, 16 de julio de 2009

Milk&Bar

Ahí donde el estéril sonido de una batería eléctrica lo ocupaba todo entendí. Entendí que sin importar los escalones que salteaba o volvía a subir por quien sabe que número de vez ellos iban a estar firmes a ambos lados haciendo de soporte. La música, contemporánea y bien del Norte, vacía, no hacia mas que de paisaje, un paisaje pintado a burdas pinceladas secas sacadas de una paleta del submundo.

Y por primera vez en mucho tiempo la vida se presenta, desde mi cristal, vestida en colores fluorescentes, verdes, amarillos y violetas furiosos que me llevan a un estado de felicidad robótica, casi ideal según las leyes de la lógica actual.

Más que nunca floto en el aire, volátil, colgado de un sueño que vivo y que de un minuto al otro trato de aceptar ni mas ni menos que como lo siento, tan real.

Una cachetada, un empujón y una suave caricia al dormir se mezclan en un amor tan perfecto como irreal que grita desde su único y hermoso punto, para que mas que nunca siga creyendo.

2 comentarios:

Jota Sch dijo...

no paras de lindamente sorprender
:)

jabi dijo...

Gracias jacko, te quierisimo.