domingo, 27 de julio de 2008

Mercy come

Es esa conjunción de sensaciones, de palabras y momentos que provocan esta euforia que llega para hacerme girar una vez más o detenerme por completo. Para bailar con mi alma una pieza desenfrenada o para atarme de pies y manos a su telaraña, de la que por alguna casualidad o mentira había logrado escapar.
Y por momentos creo estar venciendo, giro y la observo siguiéndome aun, a lo lejos, cansada y torpe, pero jamás dándose por vencida.
Ella fijando su mirada en mi ser, atravesándolo con esa seguridad de victoria incondicional que tanto contrasta con su fragilidad.
Ella siguiendo mis pasos, esperando el momento en el que yo vuelva a mi ya-antes-vivida-pero-nueva rutina, confiado de mi ventaja, para reaparecer y sacudir mi mundo, una vez mas.
Ella sin entender que finalmente lo encontré, que a pesar del ir y venir de la marea, de los crepúsculos, y del pasar de las estaciones, esta sonrisa parece haber echado raíces.
Ella no entendiendo que la encontré.
Y yo sin siquiera haber pisado el lugar donde la había perdido.
No aun.

No hay comentarios: